Voy a revelarte por qué en estos tiempos la Irradiación Divina empieza a manifestarse extensamente por medio de los instrumentos humanos o médiums, pero no olvides que siempre se ha manifestado en los hombres según sus épocas y según su preparación. “La Irradiación Divina, o sea, la comunicación espiritual que oís, la clarinada del Cristo que actualmente escucháis de los labios de Mis Instrumentos, es precursora de grandes acontecimientos para vosotros”.
Estos mensajes son chispazos de la verdad, son relámpagos del Espíritu potente del Maestro de maestros que viene a prepararte, a darte los galardones que te mereces por tus sufrimientos o por tus esfuerzos, o por ambos. Son los tiempos precursores de la nueva luz para ti. Son los preludios de la Nueva Edad. Son el principio, la preparación, el despertar, la necesidad previa de lo que viene por la Voluntad de los divinos designios. Ya os dije que la Tierra es una parte integrante y evolutiva del Universo. No penséis que lo que llamáis mundo permanecerá eternamente como está, ni tampoco penséis que ha estado así en todos los tiempos pasados; esto ya lo sabéis algunos de vosotros, los que os agrada el estudio. Mas, lo que no sabéis sino muy pocos iniciados en la verdad espiritual, es que la evolución o transformación de la Tierra obliga al ser humano a la evolución o metamorfosis superior o espiritual.
Este progreso no va, como muchos de vosotros creéis, en relación o de acuerdo con lo que llamáis civilización. Vuestra civilización es, en casi todos sus aspectos, degeneración, alteración, trastorno, error, artificio, antinaturalidad. Vuestra civilización es el resultado de vuestros propios deseos de alejaros cada vez más de la naturaleza, de lo que es puro, de lo que es de Dios, y por eso en cada siglo habéis ido cayendo en mayor debilidad y amargura a pesar de todo lo que habéis hecho para ser más fuertes y más dichosos en la materia, porque en verdad os digo que en Espíritu, por la sabiduría de Mi Padre, estáis algo más adelantados porque algo habéis restituido.
La Tierra dará un paso adelante y vosotros, Espíritus pobladores de la Tierra, tenéis que dar también algunos pasos hacia adelante. La voz de todos los tiempos viene ahora por medio de las Irradiaciones sonantes, visibles o intuitivas, a guiaros, a prepararos para los nuevos tiempos de la Tierra. Más adelante la comunicación divina se hará de estos y de otros modos, cada vez más sorprendentes para vosotros. En los Médiums, en los sueños, en fenómenos diversos, a todas horas, en todas partes, en vosotros mismos, en todas las cosas, sentiréis las Irradiaciones de Mi Padre Celestial, de Jesús que os llama con la misma y Amorosa serenidad con que os perdonó en la cruz. Digo Yo, “Padre Celestial”, más, nombra tú a Dios en tu idioma como quieras. La palabra es palabra y la esencia es esencia. Al primer extracto de todas las esencias no lo puedes encerrar ni en una ni en millones de de palabras, de símbolos o de jeroglíficos.
Yo no vengo a enseñarte nombres misteriosos ni alegorías místicas o secretas; vengo a RECORDARTE QUE AMES, nada más, no lo olvides, a RECORDARTE QUE AMES, y como tú no puedes entender de Amor más alto del que te enseñó Jesús, a Jesús te recuerdo porque Él fue la encarnación del Amor más grande que el Mundo ha conocido. A Jesús escuchaste en la carne purísima de Jesús; a Jesús estás escuchando en las carnes de sus parvulillos; a Jesús escucharás tú mismo en Espíritu y en verdad, porque Jesús es el incansable, el sereno, el gozoso Redentor de las almas extraviadas. Jesús fue y sigue siendo el Espíritu de Luz Divina más grande que ha venido a la Tierra, y sus vibraciones están en ella y en todo para guiarte, por la Voluntad del Padre. “Ven a Mí; Yo soy la Luz, el Camino, la Verdad y la Vida diáfana y eterna; Yo soy el Amor del Dios Omnipotente que suaviza tus penas y te conduce por los caminos sencillos y perfumados, que te llevarán a las bellas y apacibles latitudes de los bienaventurados y activos trabajadores delos Cielos”. Ven a Mí, hijo Mío, siénteme en ti y ven conmigo en tu corazón; Mis caminos están llenos de radiantes flores, plenos de las fragantes, balsámicas y bellísimas florecitas de la dulzura y del Amor