CÁTEDRA DÉCIMA SÉPTIMA
La Luz redentora nuevamente desciende para buscar al hombre y alumbrarlo en su extravío y en su noche. El Amor que es vida, nuevamente viene como Luz, como mensaje de revelación, vitalizando y fortaleciendo la moral y el sentimiento del hombre; iluminando su espiritualidad y su conciencia, acercándolo a Dios, a mi Padre Celestial. nuevamente este mensaje amoroso vuelve a sensibilizarte, vuelve a recordarte de las cosas deificas, de esas cosas superiores para que en el altar interior de ti mismo guardes y aumentes la luz que es vida, que es revelación y suprema verdad. El Maestro del Amor viene a vosotros y ese Amor manifiesta un raudal de verdades que son columnas en el Templo Maravilloso del Universo y en la eternidad. Ese mensaje que tanto te agrada es tuyo nuevamente en esta noche en que con luz de estrella brillan los excelsos pensamientos que vienen desde el más allá de tu valle, para convertirse en palabra y para tocar tu corazón. Como una música, como un caudal de arrullos, de ternuras y caricias, te habla Mi Ser para llegar hasta tu corazón; para revelarte las cosas del más elevado sentimiento; para ayudarte a la dignificación. Porque de cierto te digo, Pueblo Mío, en esta noche te revelaré algo fundamental y todo lo que Diga es para ayudarte a librarte y a defenderte de ti mismo. Tú estás contra ti por cuanto quieres darle el primer lugar a lo que vale menos y el último a lo que vale más en ti; porque tratas de materializar lo espiritual, en vez de espiritualizar tu existencia. Materializar lo espiritual de ti mismo… ¿es acaso que no te amas? Has venido a la vida de la forma desaprovechando una nueva oportunidad para adelantar. El hombre necesita muchas edades para el desenvolvimiento paulatino de su conciencia. Muchas edades, sí; muchas vidas para aumentar el caudal de su experiencia. El alma necesita del tónico de la experiencia para evolucionar y desarrollarse.
El alma crece por grandezas; mas no brilla por pequeñeces. Por eso llega siempre el eterno Orientador de tu existencia como un rayito de luz como un efluvio de vida. Llega por medio de pensamientos acariciadores que se hacen sonantes a darte la lección de la vida, en esta gama de Cátedras espirituales llenas de sabiduría; para que aprendas las cosas que necesitas aprender y te alimentes en este banquete espiritual con el manjar de la sabiduría. Es magnífico el alimento del conocimiento, es provechoso saber, por eso Estoy contigo. Pueblo Mío, Pueblo amado, Mis ovejitas que siempre el Cordero busca y acaricia, Mis ovejitas adormecidas, que sin pensar permanecéis adormecidas y estacionadas sin hacer uso de la conciencia, estáis adormecidas, almitas Mías, hijas de Dios, que sin obedecer a las Leyes de Mi Padre y rebeldes a Sus mandatos, se quejan de sufrir, cuando vosotros provocáis la tormenta. Mi Irradiación es como el Arco Iris en este mundo que es a semejanza de una noche de tormenta y de un mar en tempestad. Mi luz viene como símbolo de paz y Mis frases como la manifestación de la más alta ternura, de la más alta expresión de la espiritualidad amorosa; porque el Amor es el que mayormente manifiesta la espiritualidad. Por eso Quiero que por unos momentos las facultades superiores del hombre sean en quietud para que recibas de Mi Cátedra, que Me deis unos momentos de atención y que pongáis la lira de vuestros corazones a tono con Mis notas vibratorias de pensamientos cargados de purísimo amor. Escucha, Mi Pueblo, atiende y graba: Hay quien ha dicho que en Mi Doctrina Espiritualista, se han congregado los hombres y las mujeres más pecadores, los más malos, los más materializados, los más duros de corazón; y esto lo dicen, no sólo los materialistas y los elementos de otras Religiones, sino también los mismos de esta Doctrina. Aseguran que Yo He recogido del mundo lo más manchado.
Y tú, Mi Pueblo, ¿También piensas de la misma manera que piensan los tuyos y los extraños? ¿Crees que en esto hay algo de verdad y que vienen a escuchar Mis Cátedras los más ignorantes y los más criminales, como dicen en el Mundo? ¿Tú también piensas y crees como aquellos? Escucha bien: En este pequeño Mundo -pequeño para Mí, grande para ti- en todas partes existen criminales. En todas las Doctrinas, creencias y filosofías existen criminales, ¿por qué entonces os fijáis solamente en la Doctrina de Irradiación señalándola como un foco de infección? ¿Por qué no extiendes tu mirada por el mundo, aunque no sea omniabarcante, cuando menos que sea potente en el pequeño círculo de tu acción y veréis que en todas las Doctrinas hay pecadores, almas manchadas, pensamientos tenebrosos… y si Yo os dijese que en Mi Doctrina hay menos criminales…? Hay muchos Recintos en el Mundo y en cada Recinto muchos oyentes. Es cierto que en esa Doctrina de Amor hay pocos discípulos, que si no son verdaderos Apóstoles del Bien, tampoco son criminales. Si vosotros quisierais entregaros a la investigación haciendo un registro exacto de todos los componentes de las demás Religiones y creencias haciendo comparaciones, veríais lo siguiente: Cuando los cerebros que Yo utilizo para dar sabiduría, se encuentran impotentes, entonces, no doy sabiduría, Doy Amor, aunque la expresión de Mis médiums sea torpe en algunos lugares. Doy Amor valiéndome de aquel lenguaje sencillo. Cuando puedo dar sabiduría, Doy sabiduría; cuando no, aquellos labios torpes pueden moverse fácilmente dentro de su sencillez para decir: “No matarás”, “Amaos los unos a los otros”. No necesito grandes aptitudes ni frases elegantes de Mis aparatos para repetir amor y dirigiros por el camino recto, para tocar vuestros corazones y llamaros al arrepentimiento. Muchos de los que hoy escuchan esta Cátedra aquí y otros en otras partes, cuando empezaron a escuchar Mis primeras Cátedras lo hacían por curiosidad; después, se conmovieron. Aunque duraba pocos momentos esa emotividad, pero después al cabo de escuchar muchas Cátedras más, repitiendo siempre los Mandamientos de la Ley de Dios, poco a poco, han ido sintiendo el deseo de espiritualizarse, de purificarse, de modificar su vida, de cambiar su modo de ser y de pensar. Y los hombres de hoy, que hace tiempo escuchan Mis Cátedras, no son iguales a lo que fueron ayer.
La Luz de Mi Doctrina sigue penetrando a los entendimientos, a las conciencias, para ayudar a esta Humanidad a desenvolverse y despertar del materialismo en que vive. Vengo a ayudarte a desenvolverte a ti mismo para tu propia evolución, para despertar tu conciencia y aumentar tu pequeña luz. A ponerte en disposición de un estado mejor; que si antes eras rencoroso, hoy haya disminuido ese rencor por lo menos y, que con la repetición de Mis Cátedras, llegue a desaparecer por completo de tu corazón. Que tus sentimientos y tus pensamientos se vayan espiritualizando y siempre te recuerdes de Mí. Siendo Mi palabra como una gota de agua constante, en cátedras de día primero, en Cátedras dominicales, poco a poco estoy haciendo lentamente en ti, ese despertamiento de una superior conciencia. Te Estoy despertando sin que te des cuenta. Es cierto que Mi trabajo es lento, porque eres duro; sin embargó, existe en ti materia dispuesta para el bien. Vas corrigiéndote paulatinamente y te vas arrepintiendo de tus errores. Si antes tus pensamientos eran demasiado negros hoy son más claros. Si antes podías haber sido capaz de manchar tus manos de sangre, hoy prefieres ser el herido que el heridor. Antes podíais haber sido capaces de, sin remordimientos, hacer vuestro lo ajeno; hoy, si lo hacéis, lo harías con remordimientos y tal vez no os atreveríais a hacerlo. Antes para ti, el rencor era una satisfacción; hoy es tristeza. Antes no sabías amar a los que té retaban y te odiaban; hoy, si no los amas, cuando menos tratas de no hacerles mal y de tenerles compasión. Es el fuego purísimo de Mis Cátedras que va alumbrando tu noche, aquietando el mar de este planeta, librándote de esta tempestad, haciendo lentamente Mí obra en tu mente, en tu voluntad, despertando tu conciencia y fortificándote. Mi trabajo es lento, pero seguro. Tu corazón será de Dios, será del Cristo a través de los tiempos. Para lograr eso, Yo sé que tendré que derramar muchas frases luminosas en repetidas Cátedras. Yo sé que con estas frases luminosas poco a poco tu corazón será Mío. Renuncia ya a tu vida pasada, recuerda que Mi Padre Dios, existe en ti esperando que lo realices para hacer en ti el Reino Prometido. Ahora, Mis Cátedras no solamente se concretan a los oyentes que en estos momentos regalan el oído escuchando Mis pensamientos, No. Mi amor las lleva más allá, porque convertidas en letras y folletos van a los hogares para dar a los hombres redención. Para darles poco a poco el conocimiento de las Leyes superiores y grabar los Estatutos Universales que es la Voluntad de Dios en la propia conciencia del hombre encarnado. Conoce que por encima de lo que pide la carne, está lo que pide tu espíritu. Conoce que en el espacio están las altas Deidades, los altos Seres espirituales que, compadecidos de tus inútiles encarnaciones, cooperan conmigo para ayudarte a progresar porque lo necesitas. No Voy hablarte de tus últimas reencarnaciones, porque no lo creerías ni lo aceptarías; voy a hablarte de tu vida presente, solamente para explicarte por qué Digo que eres enemigo de ti mismo.
Pregunto a la conciencia de cada uno de los oyentes, que no contesten en voz alta, solamente para sí mismos sin voz, por medio del pensamiento ¿Cuántos años tiene cada uno de vosotros que os llamáis Doctrinarios? ¿Cuántos años de vida? ¿Habéis hecho algo digno de tomarse en cuenta para tener derechos espirituales, de goces, de alegrías, de luces del Reino, para tener algunas riquezas espirituales? Seguid escuchando, oh Mis ovejitas, que lleno de compasión viene hacia vosotros el Maestro. Muchos de vosotros pasáis ya de los cincuenta, otros no habéis llegado a ellos; pero pasáis de los treinta y otros de los veinte. Y ¿que habéis hecho en estos años que lleváis de vida? ¿Qué habéis hecho en este vértigo en que corporal y mentalmente habéis vivido? ¿No os alcanzan las horas del día y de la noche? ¿Redobláis vuestros trabajos, redobláis vuestros esfuerzos todo para el provecho de tu materia y, para qué? Cuando estéis en alma y os ilumine la luz del Maestro que os corresponde y aquel Maestro os haga ver, como en una pantalla de vuestro mundo, toda vuestra vida; quedaréis asombrados cómo en los éteres están grabados todos vuestros actos y alumbrados con la luz del más allá. Todo se graba, todo tiene su sentido y su forma y las fuerzas etéreas te presentarán a todos tus hijos mentales. No se escapará nada y con perfecta claridad verás todo lo que hicisteis. Veréis todo el tiempo que perdisteis inútilmente sin trabajar para tu alma y haciendo el mal. Todos los días y las horas de tu vida desfilarán ante ti lentamente y con claridad para que puedas reconocer tus acciones. Hay quien, desde que empieza a agonizar, empieza a ver lo que ha hecho y su agonía se hace penosa y prolongada. Otros, desde el desprendimiento del cuerpo, empiezan a ver los registros de su existencia sin perder un sólo detalle y aquellos hechos se hacen reales tomando forma y movimiento y mostrándote los hechos y las palabras con que habéis herido a los demás. Todo se proyecta de la misma manera que en la pantalla donde ves lo que no existe como si fuera real. Las pantallas de tu vida son a semejanza de lo que acontece en el más allá ante los ojos del que deja este mundo. Tus hechos, tus palabras, tus obras te perseguirán, son tus hijos y te horrorizarás de ellos. Son tus hijos como pensamientos, como palabras, como acciones; y si son buenos, bendito sea el momento en que tienes algo bueno que ver en tu vida espiritual. Cuando el Maestro que te corresponde, Aquel que te reciba, que tú llamas Ángel Guardián, el Luminar que te protege, -porque hay seres elevados que tienen muchos protegidos cada uno y ellos toman la tarea de enseñarte cómo hiciste tu destino con todos sus detalles de cada momento de tu vida- te presente tus obras buenas y malas, tú mismo te darás cuenta que tus lágrimas, tus afanes, tus sinsabores por las riquezas humanas por las que tanto suspirabas y sufrías, de nada te sirvieron. ¡Qué inútiles fueron tus noches de desvelo, tus vigilias, tus sinsabores y tus lágrimas, puesto que todo lo que hiciste fue para la materia y nada para tu alma! Si no tuviste caridad, si no hubo en ti una obra de bondad, no habrá un rayito de luz, porque las bondades hechas en el mundo se transforman en luz para iluminar tu sendero, y todo el bien que se hace es agua purificadora que desmancha. Sólo la caridad y la piedad iluminan la senda del que las supo hacer. Y, entonces, he allí la desesperación de no poder hacer obras benéficas y estaréis como estos seres desencarnados que se han acercado a Mi hoy para escuchar Mi Cátedra. No, no se comunicarán porque no hay necesidad ni es Mi voluntad, ellos Me escucharán y Yo les daré en espíritu la luz. Vosotros los habéis traído quitándolos de su lugar de relativa paz, como vosotros decís; pero en realidad no están en paz.
Cuando el mundo de encarnados empieza a mover su mente, a pensar en los seres de ultratumba los atrae. El pensamiento es un imán que los atrae y por eso ellos están aquí, muchos de ellos lamentándose porque no hicieron nada por su alma y ahora me piden que le pida a Mi Padre Celestial la oportunidad inmediata de volver al planeta Tierra para dedicar mucho tiempo a la caridad, al amor, a la espiritualidad para poder llevar algo para su alma. No hicieron nada… y ahora se presentan como menesterosos de todas las necesidades y enfermos de todas las enfermedades, desesperados piden misericordia, la nueva oportunidad de otro nacimiento, una nueva aurora para una nueva vida, un nuevo cuerpo para un nuevo ensayo para la caridad, el amor, la luz, a fin de tener algo… Ensayad almas, ensayad de nuevo, porque, la caridad y el amor no habéis aprendido a pesar de haber venido muchas veces a la Tierra y no habéis ensayado lo suficiente porque no habéis sentido en el corazón piedad para vuestros semejantes. Y estas almas piden nacer de inmediato porque, en el plano de desencarnados en donde se encuentran, no pueden llevar a cabo sus realizaciones y sólo por su propia experiencia pueden llevarlas porque la realización de ellos está aquí en este mundo donde dejaron deudas. Aquí se hicieron las deudas aquí deben pagarse y no pasarán a otro planeta hasta que su cuenta esté saldada totalmente. Mira qué contraste, están desesperados porque no están encarnados y tú estás desesperado como ellos porque no estás lleno de toda clase de alegrías como tú quisieras. Muchos de vosotros están deseando el estado de ellos. ¡Ah, incomprensión de la Humanidad! encarnados y desencarnados estáis inconformes; esa incomprensión os lleva al descontento, a la ingratitud, a la insatisfacción. Si no estáis satisfechos encarnados y desencarnados es porque no habéis hecho nada bueno para vuestra alma y por eso vuestro sufrimiento es intenso. No sabéis bendecir la vida, no sabéis aprovechar los momentos de vuestra existencia, ni sabéis hacer algo grato que presentar en el más allá. Si no podéis acumular riquezas de buenas obras, cuando menos que no seáis tan menesterosos que os presentéis con las manos vacías de buenas obras. Allí las contaréis, las buenas y las que llamáis malas y sabréis hasta su número y su peso, sabréis aquilatar su valor y su fuerza, conoceréis todo en detalle, sin que se pase nada por conocer.
¡Ah, Humanidad incomprensiva, ni transformando las Leyes del Padre quedaríais contenta! Vosotros, desencarnados, habéis estado encarnados por muchos años y ¿cómo aprovechasteis vuestra existencia en la carne? Y así como vosotros, éstos tampoco la aprovechan ahora. Así como vosotros os lamentáis ahora, éstos se lamentarán en el mañana de su existencia, porque los que más han hecho, han hecho muy poco para el bien de su alma. Almas desencarnadas que anheláis tener un cuerpo para manifestaros en la realización de la bondad. Almas desencarnadas que estáis pasando por la depuración del fuego abrasador del remordimiento, he allí el símbolo de las llamas, de esas llamas que dicen los hombres que existen en el PURGATORIO. Ese es el Purgatorio, estado de lamentaciones, de dudas, de tinieblas, de inconformidad; esto es lo que se llama Purgatorio o Infierno. El Infierno es peor, pero no es un lugar ni un castigo de Dios. El Infierno es para aquellos que siendo criminales y perverso, han descendido hasta los bajos fondos de la maldad y del vicio y no quieren redimirse. Ellos están en un estado de conciencia angustioso y lamentable, en un estado de indescriptible desesperación y de tiniebla y allí están simbolizadas las eternas y quemantes llamas. Son estados de conciencia, pero no lugares; y por estos estados pueden pasar no solamente los desencarnados, también los encarnados… Yo Doy Luz a tu entendimiento y toco tu corazón. Es necesario que no pierdas la oportunidad, Pueblo encarnado, ya que tienes la dicha de tener un instrumento que te ayude a la realización del bien y puedas protegerte de tu misma crueldad. Ten piedad y misericordia de ti y lleva luz que te alumbre en el más allá. Si no llevas obras que te den luz ¿con qué te alumbrarás y te orientarás? Necesitas que tu corazón conozca el noble y elevado sentimiento del amor. Necesitas que hable en ti tu conciencia sobre los Mandamientos de la Suprema Causa. Y si no has sentido el amor ni has escuchado a tu conciencia, ¿cómo quieres alumbrarte con luz ajena, si solamente te servirá tu propia luz, la luz de tus propias obras? No desaproveches esta oportunidad que los desencarnados anhelan, porque más tarde lo lamentarás amargamente. Los entendidos pueden evitar mayores dolores; si tú eres entendido evita mayores males. Si vosotros quisieseis desencarnar en este tiempo, es porque tendréis la seguridad de que lleváis algo bueno. ¿Ya estáis dispuestos a desencarnar? ¿Ya tenéis para vuestro Reino la riqueza suficiente? ¿Cuántas caridades habéis hecho en vuestra vida?; pero decidme también cuántos males, porque hay que hacer la comparación, el balance y ver cuál es el sobrante que tienes a tu favor o en tu contra. Si tienes siete obras buenas y siete malas ¿qué te queda, si apenas contrarresta lo uno con lo otro?, en nada mejora la riqueza de tu existencia. Si tienes siete obras benéficas y setenta equivocadas, ¿cuánto le resta a la Ley de la Equidad? Tendrás por ganancia lo sobrante, tendrás a tu favor lo que sobrepase a las malas obras. Oh entendidos, meditad sobre estas frases, sobre la ganancia, sobre el sobrante después de las comparaciones. Sólo eso será vuestro. ¿Estáis dispuestos a perder? ¿Dime Pablo, el hombre que lleva siete obras buenas a su favor y siete en su contra puede esperar algún premio? El alma, en la amplitud de su mente y su conciencia hace un diálogo con su Redentor, porque Yo contesto también, a través de la conciencia muchas cosas que todavía no se han escuchado a través de labios humanos. Yo recibo tus frases, Pablo, y consuélate, varón, porque ya te he dicho que si los hombres pudieran llevar a cabo en su investigación, las comparaciones de criminales, hay menos criminales donde hay más oyentes de Mis Cátedras y te lo digo, varón, hay ignorantes; pero menos que entre los oyentes de Cátedras de otras Doctrinas. Hay menos criminales porque, por poco que recordéis de Mis palabras, es suficiente para recordar qué es lo que Yo quiero: “Que os améis los unos a los el Templo interior, cómo por medio del corazón elevéis el alma hasta Dios. Alégrate Pueblo que es cucháis Mis Cátedras. Doctrinarios Míos, levantad la frente y la mirada porque, de cierto os digo: entre mis ovejitas de la Escuela Espiritualista hay menos cantidad de criminales. No hay perfectos y acaso ¿hay alguien sin mancha en el mundo? pero sí, hay menos criminales que en otras Escuelas. Si en el Mundo entero no hay uno solo sin mancha ¿por qué exiges tanto de Mis Doctrinarios, cuando ya te he dicho que no son todos puros? Pero os repito que: hay de manchados a manchados, de males mayores a males menores, y si han tenido errores y han hecho sufrir a los demás, después de oír muchas Cátedras no volverán a repetir su maldad ni a realizar su crueldad.
Los que Me oyen son pecadores, sí; pero menos que otros que no Me oyen. Escucha Pablo, para que Me comprendas, oh Apóstol que trato de llegar hasta ti como Maestro de la verdad eterna. Si tú Me preguntaras: Maestro: ¿Quieres que sigamos oyendo Tus Cátedras o que dejemos de cierto Tu Recinto y nos vayamos a sembrar la verdad por doquier? Yo os diría: Dejad Mi recinto e id con las manos llenas de enseñanzas y de bienes a practicar la caridad por el Mundo, ya que vendrán otros a escuchar Mis Cátedras para que también aprendan. Y si pretendéis saber quién tiene más méritos:. Un Pueblo que oye y olvida, que cree en Dios y en Mi; pero que no hace nada benéfico para su alma, que hace oraciones, que escucha Cátedras, que no hace nada por agradar a Mi Padre ni se conmueve ante el dolor de sus hermanos; o aquellos que sin creer en Mi Padre, sin aceptarme a Mi, sin ninguna Religión, van sembrando la caridad, regando el bien, sintiendo la pena de sus semejantes, estos, son de Dios, del Reino y Míos, son desconocidos y aunque nunca Me nombren, Yo les acaricio porque riegan la bondad cumpliendo con el testimonio aquel que, “el que tenga la bondad en su corazón, será hijo de Dios, aunque jamás lo Nombre”. ¿Por qué nombrar tanto a Mi Padre y a Mí, si no hacéis ningún bien sobre la Tierra? ¿Para qué escuchar tantas Cátedras, si no has acariciado a un niño triste, a un anciano, si no has consolado a un enfermo? Tu egoísmo es tu tumba, tu prisión y tus cadenas. Tu egoísmo es tu muerte y la tiniebla en tu conciencia. Líbrate del egoísmo para que rompas las cadenas. Nombra más a Dios, pero con obras de caridad para que hagas completa la realización; o deja de Nombrarlo, si tú quieres, pero haz el bien, que no se necesitan frases vanas, sino hechos reales. PARÁBOLA Era un amantísimo Maestro que quiso hablar del Reino a los humildes y acercándose todos los que querían escuchar de Su palabra, dijeron: Maestro, Ordena Tú, estamos a Tu disposición. Aquí hay muchos grupos ¿Cuál pasará primero a escuchar Tu Cátedra? Y en aquellos grupos había algunos humanos de los que os he hablado en esta noche: Aquellos que hablan mucho de Mi Padre, del Reino, de Mi y dicen qué escuchan muchas Cátedras o Sermones en distintas Religiones, pero que no hacen ningún bien. Y otros que no nombran Nombres Santos, ni hablan de cosas Espirituales; pero, en cambio, hacen mucho bien sin ostentación. Decidme ¿quién pasaría primero ante la Cátedra Sublime del Maestro de la Sabiduría? ¿Cuál seria el grupo que le correspondería por derecho pasar? El Segundo, porque los Primeros serán postreros. Vosotros lo habéis dicho. Yo les diría: -Venid a Mi, vosotros que jamás habéis iluminado vuestros labios con los Nombres Sagrados de los Representantes de las Leyes, de los Enviados de las Alturas; pero que habéis regado por doquier la servicialidad, la ternura, la dulzura, de vosotros es el Reino. Y a los primeros les diría: Hablad menos y haced más. Id por el mundo sembrando el bien, porque la semilla de la palabra sin obra, es vana y no tiene éxito. ¿Cuál es el lugar que tú tienes ante esta Cátedra en el Santuario del Universo? ¿A qué grupo perteneces de los grupos de la Humanidad? ¿Cómo se encuentra tu corazón, lleno de obras o de palabras solamente? Piensa un poco, porque es necesario que AMES LA VIDA Y CUIDES TU CUERPO, porque tu cuerpo es el vehículo de la oportunidad y debes cuidarlo y bendecir la existencia que tienes en él a fin de que crezca tu experiencia, se desarrolle tu alma y aumente tu luz; porque ya te He dicho que la experiencia se transforma en rayitos de luz. Es necesario que bendigas la oportunidad y cuides el cuerpo que Dios te dio para la buena obra en él, porque si en materia se hace el bien, también en materia se goza, aunque más en alma que en materia. Si tú sabes a qué grupo correspondes en la eterna Cátedra de manifestación, prepara tu conciencia, abre tus sentidos, busca la más elevada espiritualidad y ante ella rinde tu corazón y ven a Mi luz, porque te espero, Humanidad Mía. Bendita seas. Hágase el silencio, ha llegado el momento del silencio profundo y preparaos también en la observación. Ya he dicho a vosotros que por la inquietud de vuestros pensamientos habéis atraído a los seres desencarnados y a muchos de ellos, sin materia, daré luz sólo con Mis palabras. Ha llegado el momento de hablar a las almas desencarnadas, que te servirá de ejemplo, porque lo que diga a ellas a vosotros os será útil, porque el Conocimiento es Luz. Oh, almas sin cuerpos que habéis dejado la materia en este mundo de la forma y de la densidad, debéis conformaros con la separación de vuestros cuerpos y utilizar la vida en alma poniendo a trabajar la mente y la inteligencia. Allí no hay lamentaciones con barreras densas como en este mundo. Allí podéis hacer viajar el pensamiento con el impulso de vuestra voluntad y por estos medios podéis bendecir al Universo y dignificar vuestras almas y podéis convertir en luz de estrellas vuestros pensamientos y vuestras obras. Almas, también podéis hacer el bien en ese estado de desencarnadas. Muchas de vosotras habéis sufrido mucho durante el prolongado estado agónico de la separación de unos vehículos con otros: del cuerpo con el alma, la vida que cambia, los sentidos que se afinan allá como notas en un concierto, la metamorfosis humana, la Ley de la Transformación. El poderoso pensamiento alcanza el Amor Universal, pero es la Ley y la Ley se obedece en el planeta, en el cielo, en lo que llamáis cielo. Todo es en la Ley y en la compensación y en ella tenéis cada uno vuestro lugar. Toma tu lugar. Mi Pueblo, almas desencarnadas, podéis así utilizar más vuestros pensamientos, más vuestra mente. Podéis acercaros a los que habéis amado, consolarlos y decirles que estén conformes, que no os sientan perdidos, y ayudarles con vuestras oraciones; pero estas comunicaciones las haréis momentáneamente para que no os materialicéis demasiado al acercaros a los humanos.
Vosotros sois los hijos del Reino, vuestras angustias ya han sido tomadas en cuenta. Los humanos no saben lo que habéis sufrido después de los dolores físicos, los otros dolores del desprendimiento de vuestros vehículos, ellos creen que en el último suspiro se va el último dolor y están equivocados, porque siguen el dolor de la separación. La luz es para vosotros. Hágase la luz, oh almas, romped el velo de vuestras imágenes, elevad el pensamiento, dulcificad en estos momentos vuestra pasada amargura y os digo en verdad, es la luz Crística la que está brillando, la que se está manifestando a través del verbo palabra; pero en vosotros Me manifiesto también de muchas maneras y si He dedicado estos momentos a vosotros es porque antes, como luz, no habéis sabido atender Mi Mensaje y por eso también vosotros necesitáis de la palabra sonante, porque a pesar de estar sin materia, no sabéis percibir las notas sutiles, las notas vibratorias del elevado Pensamiento Crístico y por eso, he venido a vosotros de manera sonante para que entendáis lo que os Digo. Entrad en la paz, almas desencarnadas, para que conozcáis el Reino Interior. Buscad ya el arrepentimiento, empezad en la vida útil mientras volvéis a tomar cuerpo en este plano de la forma. ¿Quién dijera? Algunos de mis oyentes encarnados maldicen su existencia corpórea y vosotros deseáis ardientemente lo que a éstos les pesa. Quisierais tener cuerpo y antes, también lo despreciasteis. Y tú, alma de mujer, que desencarnaste porque así lo quisiste llevando a tus labios el veneno que había de llevarte al sepulcro, todo porque la vida no te dio lo que pedías y reclamabas erróneamente. Ahora, con el conocimiento de que nadie puede hacer otro destino nuevo, Yo te consuelo, criminal de tu propia vida, criminal de ti misma, te consuelo, pero no te juzgo ni te condeno. Si así acabaste con tu vida, cuán grande fue tu desesperación en aquellos tres días de larga agonía, porque así se necesitaba para que pasaran tus obras delante de ti para que conocieras lo que habías hecho en tu vida. Cuando presenciaste lo último, estabas arrepentida y decías: no quiero morir, no quiero morir, porque tú sabías que habiendo sido asesina de ti misma te esperaba el remordimiento, simbolizado en el fuego abrasador del Infierno, porque sabías que eres deudora, rebelde a la Ley; sin embargo, cuando lo hiciste no pensaste en el mal que te causabas; sino en que la vida era cruel para ti. Alma amada, ¿Quién hace el destino de cada creatura? ¿No acaso tú misma hiciste el tuyo? Desde que existís y a través de vuestros cuerpos en las distintas encarnaciones, venís forjando vuestro destino, aumentando la cuenta o disminuyéndola. Desde vuestra primera encarnación empezáis a hacer vuestro destino, del que después os quejáis. Mira la Luz Maestra que viene a marcarte la etapa de una nueva vida. Ya no vayas al sepulcro buscando desesperada el sendero que hubieras seguido estando encarnada. Tienes que vivir en este Mundo y en el ambiente de este Mundo los años que te faltaban vivir encarnada; pero ahora lo harás consciente y con luz. Ya no vayas al sepulcro, ven a la luz que te ama y te acaricia a pesar de tus errores. A pesar de los errores de la Humanidad, el Amor sigue amando a los rebeldes de la Ley, a los hijos de Dios. Alma, ya no recuerdes lo que hiciste contra ti y contra los demás, recuerda solamente lo que te faltó hacer de bien y de bueno que no hiciste, recuérdalo y hazlo ahora, olvidándote del mal. En estos momentos, oh alma desencarnada, como hálito de vida, como un rayito de luz, Quiero llegar a vosotros para que termine ya vuestro pasado. Así como una lenta oración, como una suave caricia, Quiero llegar a vosotros para que olvidéis el ayer. Que este torrente de bendiciones caiga sobre vosotros como eterna oración y sólo veáis la luz y el perdón. Mi paz os dejo, Mi amor os doy en el Nombre del Todopoderoso que Me ha enviado para consolar a los pecadores encarnados y desencarnados. La luz de la consolación sea con vosotros en el Nombre de Mi Padre Celestial. Os bendigo por siempre ya que por ignorancia habéis pecado. La paz eterna sea con vosotros. Pueblo Mío, en esta noche bendigo tus aguas y todo lo que habéis traído para el bien, con la misma intensidad con que te bendigo a ti. Y me decís: Señor, concédenos la comunicación de nuestros seres queridos el día de mañana. Y Yo pregunto a Mis trabajadores de nombramiento de esta Escuela de Espiritualidad “Nueva Vida”: ¿Queréis trabajar para el Pueblo? Entonces mañana os reuniréis a dar la comunicación, sin exigir o pedir a determinado ser, sino lo que buenamente se presente, lo que Dios permita. Recibiréis a aquellos seres que quieran voluntariamente comunicarse con vosotros y vosotros quedaréis contentos con lo que recibáis y os repito, que no exijáis ni forcéis comunicaciones. Si no se acercan familiares vuestros, se acerca¬rán protectores o simpatizadores y os darán su consuelo y su guía. Cuerpo de mediumnidad, ¿estáis conformes en trabajar para el Pueblo mañana, en la mayor altura que vuestra conciencia pueda dar un servicio de lo mejor que sea posible? Entonces, si así lo hacéis, pediréis que se comuniquen solamente aquellos seres que se afinen con vosotros para que sea fiel la comunicación y sea solamente lo que está permitido. Pase Mi corriente entre vosotros para bendeciros en el Nombre de Dios. Ovejita Mía, siempre sencilla y dócil, siempre humilde, como una pequeña niña que habla con la sinceridad de su corazón, sin complicaciones, sencilla cómo una violeta escondida, por eso, amada Mía, tú que me das gracias humildemente, sin quejarte de tu dolor. Ni una sola vez se han abierto tus labios para hablar de tu dolor; sino para dar gracias por el bien recibido. Estoy de complacencia contigo por tu humildad, por tu docilidad. Yo te amo y te bendigo. Bendita seas. Pueblo Mío, sigue escuchando, sin que pierdas nada, porque aún te faltan algunas frases qué oír. ¿Qué harás en esta noche en bien de los que partieron al otro lado del valle, qué harás en favor de ellos, en esta noche? Prometerles que utilizarás la vida humana para hacer el bien que antes no supiste hacer y que era necesario. Promételes que en su nombre harás obras benéficas, porque hay otras oraciones, las oraciones de las buenas obras. Esa oración es la que en su nombre debéis hacer y, entonces, ellos recibirán el bienestar de lo que se hace en su nombre por ellos.
Pueblo Mío, toma en abundancia las bendiciones de esta noche, de esta Cátedra de día primero. Toma en abundancia lo que te he dejado en esta Cátedra: Amor, caricia, conocimiento de las Leyes Superiores, enseñanzas que, como luz, se manifestarán en tu existencia; revelación para conducirte con pasos seguros a tu redención. Pueblo Mío, esta noche es la noche en que vienen a Mí todas tus penas, tus plegarias. Es la noche en que se unen tus peticiones con las Mías, no creas que porque es día primero, Yo Estoy contigo en todo momento de tu vida; sino porque te unes más a Mi y vienes muy cargado de pesares y de lamentaciones, rodando por tus mejillas las perlas que de tus ojos brotan y que yo recibo porque te amo. En esta noche, sean Míos tus dolores y tuyas Mis bendiciones. En esta noche sean Míos tus sacrificios, tu arrepentimiento y sean tuyas Mis esperanzas de tu propia redención. Benditos sean los corazones que sean sensibles a la pena ajena y bendito sea tu corazón. Llevarás agua de Cátedra y le darás a la enferma humedeciendo sus labios en Mi Nombre. Llevarás flores de Cátedra, las pondrás en su habitación pensando en Dios y en Mí. Pasarás tus menos por su cuerpo pensando en que Mi Padre mora en ti. Pronunciarás al mismo tiempo oraciones que nazcan del fondo de tu alma, con toda tu fe. Mientras oras, tocarás su carné y dando el agua en el Nombré de Dios y regándola en su morada con la fuerza de la oración y la fe. Esa es tu obligación y que se haga la Voluntad de Mi Padre que en Sus Santos arcanos, nadie puede saber si es de vida o de muerte. El curar enfermos no quiere decir penetrar a los secretos arcanos, es elevar el pensamiento y esperar a que se cumpla Su Santa Voluntad. ¿Me has comprendido? ¿Tienes suficiente fe para despertar tu espíritu a ese estado superior, mientras la luz de la oración te cubre? La oración es un conjunto de frases que llaman las fuerzas angélicas que vienen como lluvia benéfica a curar a los enfer¬mos. La oración es un llamado a las fuerzas blancas del más allá, es una súplica al Cosmos, es hablar con el Padre cuando se hace con fe, y aquel que habla con Dios recibe y obtiene. No recetarás nada de lo material, porque de cierto os Digo no debes hacerlo. ¿Tenéis dispuestos vuestros labios a orar, y vuestras manos para dejar la fuerza curativa? Entonces, sigue adelante, Mi Espíritu está con todos aquellos que quieren hacer el bien. Yo soy tuyo en los momentos de la caridad. Pueblo Mío, prepárate para Mi despedida, pero solamente en lo que toca al mensaje sonante; pues en tu conciencia seré siempre en Cátedra. Dentro de unos momentos Mis pensamientos ya no serán y estos labios quedarán callados. Dentro de unos momentos daré la última palabra de esta noche solamente, porque Mis Cátedras seguirán iluminando al mundo como espíritu bienhechor, Mis Cátedras seguirán como la necesidad de los hijos de Dios. ¿Tenéis propósito de mejorarte, de superarte, de espiritualizarte? ¿Tenéis propósito de aligerar tu carga y de recordar bien estas frases? “Quiero que pasen de la cuenta, que sean más las obras buenas que las malas, que si tienes tres mil malas, tengas sesenta mil buenas” ¿Me has comprendido? No seáis miserables en las cosas del espíritu, porque aquel que fuese miserable la ley le medirá con medida escasa, que para el espíritu no está justificada la miseria. Pueblo, analiza tu verdadera espiritualidad, deja que se rinda tu corazón ante Mi Padre Dios y que por siempre seas de Él. ¿Quieres mi Pueblo? Entonces, ¿puedo pensar en que te encontraré en la blancura del camino espiritual? Hay un pensamiento de varón que dice: Señor, si mi cuerpo está tan inútil y tan enfermo ¿cómo Quieres que esté conforme con él? -Millares y millares de seres desencarnados desean tu cuerpo así como lo tienes, aunque tú lo desprecies. Ellos lo anhelan, porque saben que ese cuerpo es necesario para llevar a cabo una misión, el cumplimiento de un aprendizaje y todo lo que se aprende es como oro en la caja de reserva. El conocimiento es la riqueza del más allá. Si estás en este mundo es porque te faltan experiencias, no has acabado de adquirirlas. Cuando ya no necesites esas experiencias, ya no estarás aquí, acuérdate que en el Universo todo se mueve con peso y medida por las sabias leyes que lo rigen. Sabia es la Ley que rige los destinos de los hombres y los mundos. Por eso quiero que te libres de ti mismo, porque la Ley de Compensación no siempre puede Ser grata para ti. Y si has hecho muchas obras malas, haz más obras buenas para que lleves justificación de lo que pides en la vida de las almas. Pueblo querido, ¿He llegado a ser comprendido en esta noche? ¿Te he hecho meditar siquiera en estos momentos?, ovejitas, sed obedientes con vuestro Pastor que os ama y os bendice. Varón que quieres todavía hacerme preguntas de filosofía, solamente te diré: la filosofía espiritual derramada en esta Cátedra, es lo suficiente para que pienses en ella, lleva semilla benéfica y en otra ocasión me hablarás. Pueblo Mío, para hacer actos de bondad, utiliza tu vida, los vehículos de tu ser, abre las puertas de tu entendimiento, eleva tus sentimientos hasta donde lo sutil hace blancas tus vestiduras álmicas. Y no Quiero que sean cubiertos y escondidos vuestros pecados a vosotros mismos, porque menos os redimiríais. Quiero que veáis vuestros pecados y comprendáis vuestras faltas con el valor suficiente para no volver a cometerlas. Si escondéis vuestras propias faltas, ¿qué os vais a corregir? ¿Cuál es vuestra labor? Si tratáis de esconder vuestros errores ante vosotros mismos, estáis muy lejos del Reino. Venid a Mi pecadores, pero arrepentidos sinceros. Venid a Mi, que Yo os lavaré con el agua del amor en el manantial de la ternura y quedaréis llenos de luz, amor y fe. Adiós, Mi Pueblo amado, Mi paz, Mi amor, Mi luz y la esencia de Mi Cátedra os dejo. Mi palabra os dejo, Mi palabra os doy; no como el mundo palabras solamente para que brille la materia, no; sino para que brille el alma en el más allá. Toma la luz de estas palabras, la filosofía de estas verdades, el conocimiento y fuerza de estas leyes para que te liberes. Pase Mi corriente de amor hasta tu corazón. Bendito seas en el Nombre de Mi Padre, en Mi Nombre que Soy el Hijo, derramando la clemencia del Santo Espíritu. MI PAZ OS DEJO, MI AMOR OS DOY. ¡BENDITO SEAS PUEBLO DE JESÚS!